Según datos, unos 16.000 españoles mueren cada año por su culpa. Y el 84% vive en zonas donde los niveles exceden los recomendados por la UE.
Los contaminantes del aire tienen tres fuentes, que se reparten casi a partes iguales las emisiones: el tráfico, las instalaciones industriales y las fuentes naturales o los hogares. Por eso se podría atribuir al humo de los coches un tercio de os fallecimientos (unos 5.000), el doble que las víctimas mortales en accidentes.
"Cuando respiramos, respiramos mucho más que oxígeno, el aire contiene otros elementos que disminuyen la calidad del aire y tiene efectos nocivos en el medioambiente y la salud", afirma la coordinadora del área de contaminación de la Separ. Por eso, reducir las emisiones es "prioritario no sólo en términos de protección del medio ambiente, sino también para la salud de las personas".
Precisamente ahora se está negociando una directiva europea sobre esta materia, "que obligaría al sector industrial español a implementar las tecnologías disponibles de cuidado medioambiental, como ya han hecho otros países europeos, para reducir las emisiones y proteger la salud de sus ciudadanos convirtiéndose, además, en una industria más limpia y sostenible".

Reino Unido, Holanda, Luxemburgo e Irlanda, junto a Suecia, Finlandia, Dinamarca y Alemania- compraron en 2001 los coches con índices más altos de emisiones contaminantes y de consumo de combustible. De hecho, los datos muestran que sólo siete países de la Unión Europea adquirieron el año pasado vehículos en los que el gasto de carburante fuera inferior a la media del Viejo Continente.

En este informe, España se perfila como una de las naciones más "ecológicas", con un consumo de 6,3 litros cada 100 km. Sólo Francia, Portugal e Italia (con una media de 153 g/km, la más baja de las registradas en la UE) se hicieron en 2001 con un parque móvil menos contaminante que el español.

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