El acoso laboral o acoso moral en el lugar del trabajo, conocido frecuentemente a través del término inglés mobbing ('acosar', 'hostigar', 'acorralar en grupo'), es tanto la acción de un hostigador u hostigadores conducente a producir miedo o terror en el trabajador afectado hacia su lugar de trabajo, como el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador. Esta persona o grupo de personas reciben una violencia psicológica injustificada a través de actos negativos y hostiles en el trabajo por parte de sus compañeros (entre iguales), de sus subalternos (en sentido vertical ascendente) o de sus superiores (en sentido vertical descendente, también llamado bossing, del inglés boss, jefe). Dicha violencia psicológica se produce de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado, a lo largo de semanas, meses e incluso años, y a la misma en ocasiones se añaden "accidentes fortuitos", y hasta agresiones físicas en los casos más graves.

Lo que se pretende en último término con este hostigamiento, intimidación o perturbación (o normalmente la conjugación de todas ellas) es el abandono del trabajo por parte de la víctima —o víctimas—, la cual es considerada por sus agresores como una molestia o amenaza para sus intereses personales (ambición de poder, de riquezas, posición social, mantenimiento del status quo, etc.)

El científico sueco Heinz Leymann investigó el fenómeno en la década de 1980, y fue quien utilizó por primera vez el término mobbing para referirse al problema. Otros autores destacados en el estudio del acoso moral y del mobbing son la francesa Marie-France Hirigoyen y el español Iñaki Piñuel y Zabala.

La incidencia poblacional del acoso laboral se calcula que se encuentra entre el 10 y el 15 % del total de los trabajadores en activo.
La normativa aprobada en septiembre por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Sevilla (US)para regular la evaluación y calificación de las asignaturas provocó ayer reacciones muy distintas. Y es que garantizar el derecho del alumno a terminar un examen y no ser expulsado del aula en el caso de que el profesor le sorprenda copiando es algo que no termina de ser entendido por todos. Desde la Junta de Andalucía lo tachan como «disparate» y «error» esta medida de la US, con la que dijo no estar «para nada de acuerdo» porque con ella «se está fomentando la trampa y, precisamente, en un periodo de formación tan importante de los estudiantes como es la Universidad».


Y María José Lera, de la Facultad de Psicología opina:«No se está poniendo en tela de juicio la autoridad del profesor, entre otras cosas porque generalmente son los becarios los que vigilan el examen y no creo que estos estén ni mucho menos capacitados para determinar si el alumno debe continuar o no la prueba».
Y es que esto no es justo para los jóvenes que van preparados ya que los dos aprobaran, uno con su trabajo y otro con trampas.
Primer juicio en España por acoso escolar homófobo fue víctima de siete compañeras que presuntamente la atacaban por su orientación sexual, las cuatro de ellas sólo tenían 14 años y las otras tres, 13.

Las siete chicas insultaron a la víctima en el patio del instituto donde estudiaba, la acorralaron en un parque cercano, le apagaron tres cigarrillos en la espalda y la amenazaron con una navaja. El acoso no terminó cuando su madre la cambió de instituto porque seguían yendo a su casa a amenazarla e insultarla. Esto obligó a la familia a mudarse.


Durante la vista, que duró ocho horas, la víctima declaró tras una mampara para no tener que ver a sus presuntas agresoras. La joven logró mantener la entereza, pero acabó llorando al final de la declaración.
Por nuestra parte queremos apoyar a la víctima y esperamos que cosas como estas no ocurran más en un país como es España.

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