Las siete chicas insultaron a la víctima en el patio del instituto donde estudiaba, la acorralaron en un parque cercano, le apagaron tres cigarrillos en la espalda y la amenazaron con una navaja. El acoso no terminó cuando su madre la cambió de instituto porque seguían yendo a su casa a amenazarla e insultarla. Esto obligó a la familia a mudarse.
Durante la vista, que duró ocho horas, la víctima declaró tras una mampara para no tener que ver a sus presuntas agresoras. La joven logró mantener la entereza, pero acabó llorando al final de la declaración.Por nuestra parte queremos apoyar a la víctima y esperamos que cosas como estas no ocurran más en un país como es España.
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