Para la basura, para llevar el bocadillo al trabajo, para sacar a pasear al perro, para pequeños recados o incluso para la comida o para un chapuzón rápido en la playa. Las bolsas de plástico, híper prácticas y versátiles, habían llenado nuestro mundo. Tanto que dicen que se han convertido en una amenaza para él por el peligro que representa en los mares y por la emisión de CO2 en su fabricación.
En los próximos meses irán desapareciendo de los establecimientos y de los hogares. Carrefour ha sido el primero y a partir del 16 de Noviembre se eliminan de todos los centros de la provincia.La cadena francesa se adelanta así a la aplicación de la nueva normativa y ayer ofrecía las últimas bolsas de plástico.
La alternativa es amplia, con ocho modelos, pero ninguno gratuito. Lo más barato, a cinco céntimos, son las bolsas de fécula de tubérculo similar a la patata (pero de uso no alimentario) y lo más caro, un carrito plegable de 6,3 euros, según explicaron fuentes del Carrefour. Entre ambas, otras opciones de tela, rafia o nylon con distintos tamaños y precios.
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