La muerte de mujeres víctimas de la violencia doméstica sigue siendo uno de los problemas más graves de la sociedad española.
En el año 2001, las estadísticas reflejan que 104 mujeres murieron en manos de esposos violentos y en el año 2002, la cifra fue aumentada en 12 mujeres más. Lo más lamentable en la mayoría de los casos es que estas víctimas habían agotado todo método de denuncia sin conseguir la atención requerida para estos casos por parte de los oficiales de la Policía.
Las cifras actuales mantienen un porcentaje cada vez más alto debido a que los actos de abuso, violaciones y maltratos en contra de la mujer son producto de diferentes causas, entre estas, la crisis económica que hace cada vez la situación de convivencia más difícil en la familia.
El último caso de violencia de género ha sido un hombre de 42 años, ebrio, que ha maltratado a su mujer acabada de dar a luz por cesárea en el propio hospital donde ésta se encontraba.
Los responsables de seguridad del hospital lo expulsaron al marido de la habitación y lo retuvieron hasta la llegada de la Policía. Los agentes procedieron a su arresto bajo la acusación de un delito de violencia de género.
Según se pudo observar después, el coche del arrestado se encontraba estacionado de forma irregular, subido sobre la acera y habiendo golpeado un muro del hospital.
El detenido pasó hoy a disposición judicial.

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